A veces discutimos en el patio. Uno chincha a otro, el otro al uno. Que si un gol, que si el baile de la victoria, que si ha sido sin querer, que si... de repente estamos enzarzados en una discusión, de ahí a los insultos y de ahí a una pelea.
La discusión de hoy me ha dado mucha pena, porque sois buenos amigos. A la vez, estoy muy orgullosa, porque empezáis a crecer de verdad. A dar argumentos, a poneros en la posición del otro y ver por qué ha actuado de esa manera, a escucharos, a razonar, a resolver las cosas entre vosotros :)
He visto también que los amigos sois más objetivos. Aunque alguien sea vuestro amigo, hay que dejarle crecer y tomar sus propias decisiones. Vuestros consejos sobre qué hacer no son órdenes que deben seguir. A veces todos nos equivocamos. ¿Qué hacemos si nos equivocamos? Lo volvemos a intentar, las veces que haga falta.
Así que hoy, chicos, tengo muchas ganas del patio de mañana, seguro que os veo jugar felices otra vez y esto ha sido algo puntual.
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